¡DIOS ESTÁ MOLESTO!
Por: Edward Pérez
La relación entre la humanidad, el medio ambiente
y el resto de los seres vivos en nuestro planeta, ha estado marcada por un
desequilibrio que ha causado preocupación y descontento en muchas religiones y
creencias. Desde una perspectiva teológica, se puede entender que la forma en
que tratamos a la naturaleza y a los demás seres vivos tiene ramificaciones que
van más allá de lo meramente material.
Dios está molesto, al ver que cada día nos alejamos más
de su voluntad.
En muchas tradiciones religiosas, se enseña que el
respeto por la creación es una muestra de gratitud y devoción hacia Dios, el
Creador. La Tierra y sus seres vivos son vistos como una manifestación de la
divinidad y como parte de un plan mayor que merece ser preservado y protegido.
Cuando la humanidad descuida el medio ambiente, maltrata a los animales o
ignora las necesidades de otros seres, se puede interpretar como una falta de
respeto y agradecimiento hacia la creación divina.
Obviamos que el trato irresponsable al medio ambiente y
la vida en el planeta, tiene graves consecuencias directas a la salud y el
bienestar de las personas. La contaminación, la deforestación, la extinción de
especies y otros problemas ambientales impactan negativamente la calidad de
vida de la humanidad y en la estabilidad de los ecosistemas que sustentan la
vida en la tierra. Estas acciones irresponsables pueden interpretarse como una
falta de cuidado y empatía hacia los demás, generando desequilibrios que
afectan a toda la creación.
Podemos decir que los huracanes son una creación de
Dios, pero el mismísimo señor se pregunta ¿Cómo pueden ser tan avariciosos los
humanos que esperan cada año que pasen las tormentas para salir en auxilio de
una población a brindarles una supuesta?, ayuda que viene siendo como curar el cáncer
de páncreas tomando agua, cuando el problema se puede corregir, fortificando la
estructura y los sistemas viales, fortaleciendo la vegetación costera, es una forma de mitigar los impactos de los
huracanes y ciclones. Tomando en cuenta lo anterior nos preguntamos ¿ven los
gobiernos los fenómenos naturales como un problema que se puede mitigar o como
una bendición para hacer préstamos?
Desde la perspectiva teológica, se puede comprender que
Dios está molesto con la humanidad porque somos la especie que recibimos todos
los recursos sin dar nada a cambio y, aun así, no hemos sido capaces de cuidar tan
preciado tesoro.
El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, y
ciertamente el SEÑOR no dejará impune (al culpable). En el torbellino y la
tempestad está su camino, y las nubes son el polvo de sus pies.
Nahúm 1:3


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